El domingo pasado conocí a la persona más feliz del mundo, y también a la más triste, las vi juntas, estaban la orilla de una laguna, uno de ellos el mas triste parecía hablarle a la nada, perecía muy tranquilo y cómodo, se notaba luego luego que estaba desahogandose, o no lo se, solo parecería, vayausteasaber.
El mas feliz a lado de el pareciera no importarle y seguía escuchando una tenue música y valla que la disfrutaba pues suspiraba mientras echaba la cabeza hacia atrás y al mismo tiempo cerraba los ojos, ignoraba todo, solo disfrutaba, el mas triste acabo de "hablar" y se dedicaba a pensar en el pasado, buscaba una respuesta a tantos problemas del presente y yo ahí observandolos al tiempo que me preguntaba si algún día el primero (El triste) encontrará la respuesta que tanto busca y si le servirá de algo.
Todo perecía "normal" hasta que el primero se da cuenta de que no esta solo, que todo ese tiempo había estado acompañado por alguien ahí a su lado y que ademas de todo sonreía el culero, pese a todo, eso lo enojo y termino reclamandole, el otro no se dejo.
—¿De dónde saliste y por qué apenas te apareces?
—¿De qué hablas? Aquí he estado siempre.
—Ni madres, desapareciste ese 1 de diciembre ¿Ya no te acuerdas?
El segundo (El mas alegre) estaba a punto de retirarse pero decidió enfrentar al primero, que ya para ese momento estaba mas que encabronado.
O sea, tu si te emputas, gritas, manoteas y me regañas por algo que no fue mi pinche culpa. Y yo "¿Qué hago? Dime tú, ¿qué hago, eh?", Te pregunto y te emputas más. Y sigues chingando. Te vuelvo a explicar que no fue mi culpa. Y me estás haciendo emputar. Ok, entonces sí... si eso quieres, acepto que fue mi culpa. ¡Ooooh que la pincheverrrga! ¡Ni así te calmas!. Te vuelvo a explicar cómo estuvo el pedo. No me crees. ¿Que lo hice adrede? No mames, cómo crees...¡Oooh que nooo!...¡Que noooo!...¡¡¡CHIINGADAMAADRREEE, entonces SÍIII!!!...Te emputas más, pero ya no sabes qué decir...Ok, ya encontraste qué decir...Ya me hiciste emputar...Ya estamos discutiendo... Ya me emputé más...Y sigues chingando... Ok, ya estamos igual de encabronados... La discusión ha llegado a un punto en el que ya nomás los chingadazos podrían arreglar el pedo. Justo ahora te soltaría el primer putazo, pero algo me lo impide...Ya sé qué es...Somos el mismo, pendejo...Mejor ya vete a la mierda... Es mas me voy antes de que olvide lo que me impide hacer lo que quiero hacer. No, no te vallas, quedate. Ok pero deja ya de chingar. Orale pues puto, pero aguantas. Habían hecho las paces.
No aguanté más y me acerqué a preguntarles por qué lo hacían...Los muy hijos de la chingada se carcajearon al mismo tiempo, el mas triste me miro y me contesto "Hay que aprender a fingir la felicidad mientras llega el que realmente te haga sentir feliz", me quede sin palabras, y al mismo tiempo me limité a observar con gusto cómo el mas feliz contagiaba al mas triste con un chingo de su felicidad. ¡Qué momento!
Ahora estoy seguro que necesitamos desempolvar nuestro juguete favorito, ese que tenemos abandonado, y que cobrara vida contándonos todos esos recuerdos que hemos eliminado, para entender un poquito de como debemos seguir adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario